Los efectos de los alimentos
ultraprocesados en adultos y, sobre todo, en niños son cada vez más
preocupantes en todo el mundo. En el mes en que se conmemora el día del
nutricionista, te damos cuatro pilares de una alimentación saludable.
Los alimentos fueron tradicionalmente el
tema de preocupación de los países pobres: la desnutrición derivada del acceso
limitado a nutrientes o a alimentos de alta calidad nutricional. Hoy, en
cambio, el problema es más general, y se refiere a la malnutrición de niños y
adultos, un fenómeno cada vez más presente en los países más ricos. Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), es un importante factor de riesgo de
muerte humana en todo el planeta, causando la muerte de millones de personas al
año.
Aunque el sobrepeso y la obesidad son
las consecuencias más evidentes de la mala nutrición, a veces no hay signos
visibles y es necesario hacerse análisis clínicos de colesterol, glucemia,
ácido úrico, glóbulos rojos, etc. para saber si necesitamos hacer algún cambio
en nuestra dieta.
El médico nutricionista es la persona
que está especialmente capacitada para asesorarnos en nuestra dieta: sus
ingredientes, modos de cocción, cantidades y el equilibrio entre los alimentos.
La alimentación en la escuela: algunas
propuestas
La Argentina tiene una gran tasa de
obesidad y sobrepeso infantil, según la Organización
Panamericana de la Salud (OPS). El sobrepeso y la obesidad
infantiles son considerados una epidemia del siglo XXI y tienen como
consecuencia a otros trastornos sanitarios globales entre los adultos, como
la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
La escuela tiene un rol determinante en
la alimentación de los niños y las niñas, muchos de los cuales ingieren la
mitad de las comidas de la semana en el comedor de la escuela. En ese mismo
ámbito son expuestos a la publicidad de alimentos no saludables y cuentan con
acceso irrestricto a golosinas, alimentos ultraprocesados, ricos en azúcar,
sodio y grasas saturadas en los kioscos escolares.
Es por ello que organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales han propuesto diferentes medidas para
mejorar la oferta nutricional en las escuelas, entre las que se cuentan las
siguientes:
1. Tomar agua fresca en vez de
jugo, sobre todo sintético. No hay motivos para tomar bebidas azucaradas en
todos los almuerzos y con ello creamos una necesidad que nuestras hijas e hijos
no tienen.
2. No agregar azúcar a los
alimentos, menos aún a la fruta fresca.
3. No agregar sal a la comida
servida en la mesa. Sabemos que se cocinan los alimentos con una cantidad
(desconocida) de sal. Al agregar más sal a la comida en la mesa de nuestros
chicos y chicas, los acostumbramos a un nivel alto de consumo. La escuela tiene un rol
determinante en el aumento del consumo de sal, pero también en su
disminución, cuando se tiene una política activa.
4. Eliminar o reducir al máximo
el uso de aderezos. Aunque agregar mayonesa permita enmascarar los sabores
y, de ese modo, facilitar que los chicos y chicas coman la comida en el
comedor, lo cierto es que su uso frecuente tiene el efecto contrario del que se
busca. Si servimos un plato de vegetales y lo acompañamos con una cucharada de
mayonesa, los beneficios nutricionales de los primeros quedan hundidos bajo las
calorías y las grasas de la segunda.
5. Aunque el kiosco se licite a
terceros, se encuentra dentro de la escuela y debe respetar las normas saludables
que la escuela considere necesarias. Si las instituciones se comprometen en
mejorar la alimentación de los niños, es necesario que el kiosco sea
consistente con ese compromiso, evitando el acceso irrestricto a golosinas.
Aunque muchas familias decidan no enviar dinero para el kiosco y envíen viandas
con colaciones saludables para los recreos, muchas veces los niños intercambian
con otros en los recreos y terminan consumiendo a diario golosinas, snacks y
gaseosas.
Día del nutricionista
Desde el año 1974 se celebra el Día Latinoamericano
del Dietista-Nutricionista, en homenaje al argentino Pedro Escudero, médico
fundador de la carrera universitaria de nutrición en la Universidad de Buenos
Aires. En su honor, cada 11 de agosto se recuerda el valor de la nutrición y el
rol irremplazable de los dietistas-nutricionistas en la sociedad contemporánea.
Todas las escuelas (públicas o privadas)
que ofrezcan comedor en la Ciudad de Buenos Aires, y todas las escuelas
públicas de la Provincia de Buenos Aires, deben contar con el asesoramiento de
un nutricionista en la elaboración del menú.
El médico nutricionista se dedica a
asesorar a personas sanas o enfermas en cuanto a la calidad y la cantidad de
alimentos que ingieren, teniendo en cuenta una evaluación global de cada uno.
Eventualmente podrá derivar al paciente a una persona licenciada en nutrición
que lleve adelante el control de la dieta.
Todas las obras sociales incluyen
nutricionistas en su planta médica, tanto para recibir pacientes derivados como
para recibir consultas espontáneas. Por ese motivo no hay excusas: ya sea que
quieras bajar de peso, aumentarlo o balancear tu dieta, pedí turno con un
nutricionista.
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