Nutrición: ¿es tan mala la manteca?

¿Qué impacto tiene la manteca sobre nuestra alimentación? ¿Es preferible la margarina? ¿Es el azúcar el verdadero causante de todos los males? A no asustarse, te presentamos toda la información para un desayuno saludable.

Desde hace un tiempo se considera que la manteca, ingrediente imprescindible en nuestras tostadas y medialunas, es perjudicial para la salud y ocupa un lugar destacado entre los “enemigos del corazón”. Al ser un producto de origen animal, contiene un alto nivel de grasas saturadas, que aumentarían el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, se la considera un alimento con muchas calorías, lo cual aumenta el riesgo de sobrepeso y todos los trastornos que esto ocasiona. En cambio, muchos nutricionistas comenzaron a recomendar el uso de margarina, un derivado de aceites vegetales que tiene menos calorías y no tiene grasas saturadas por no ser de origen animal.

La comparación es un poco injusta: se ha demostrado que una porción de 14 gramos de manteca aporta 11 gramos de grasa y 75 calorías, mientras que la misma cantidad de margarina tiene 11 gramos de grasa y 54 calorías. Es cierto que no todas las grasas son iguales: algunas son buenas para el cuerpo y otras son malas. En el caso de la manteca, de los 11 gramos de grasa por porción, 7 son grasas saturadas, es decir, malas para el cuerpo. En el caso de la margarina, sin embargo, hay 3 gramos de grasas saturadas y 2 gramos de grasas trans, que también forman parte de las grasas malas. En resumen, no hay tanta diferencia en términos de calorías ni de grasas malas. Sí se observa una diferencia en el colesterol: la margarina, por ser de origen vegetal, no lo contiene, mientras que la porción de manteca aporta un 10% de los valores diarios recomendados.

En los últimos años se ha observado una verdadera reivindicación de la manteca. La revista Time llegó a ponerla en su tapa, en 2014, con la recomendación “Coma manteca”. En efecto, investigaciones recientes han comenzado a cuestionar la relación entre grasas saturadas y enfermedades cardíacas, mostrando que no se la puede responsabilizar de todos los males nutricionales. En cambio, crece la alerta con respecto a las grasas trans y el azúcar procesado en los alimentos, que no sólo aumentan el riesgo cardíaco, sino también el riesgo de sobrepeso y obesidad.

Entonces, manteca ¿sí o no? El hecho de que no sea especialmente perjudicial no significa que sea beneficiosa. Aporta vitaminas A, D y E, contiene proteínas y minerales, todos estos elementos que deben estar presentes en una alimentación saludable. Por otra parte, aporta muchas calorías y colesterol, con lo cual su consumo debería ser medido y podría reemplazarse, en muchos casos, con aceites vegetales como el de oliva.

Podemos, entonces, comer nuestra tostada, con manteca y sin culpas, pero limitando las porciones a los valores diarios recomendados. Si tenés alguna duda con tu alimentación, no dudes en acercarte a un especialista en nutrición para que te asesore.

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