El uso de la Inteligencia Artificial es cada vez más frecuente en diferentes ámbitos laborales y académicos. Informes hechos con Chat GPT, imágenes producidas por aplicaciones y respuestas automatizadas en conversaciones digitales son algunos de los usos que conocemos de la Inteligencia Artificial. En esta nota te contamos cuáles son los principales usos de estas tecnologías en la medicina.
¿Cómo se implementa la Inteligencia Artificial en medicina?
En algunos aspectos, las prácticas médicas requieren la realización de tareas repetitivas, como el análisis de resultados de exámenes de laboratorio, la evaluación de estudios por imágenes y el seguimiento de estudios clínicos de investigación. En estos casos, se pueden implementar sistemas de Inteligencia Artificial que integren la información que se les cargue y puedan automatizar esas actividades.
Esto es posible gracias a que la Inteligencia Artificial consiste básicamente en una tecnología que puede simular los procesos de la inteligencia humana, específicamente el aprendizaje (a partir de información disponible), un “razonamiento” no humano, y una autocorrección a partir de los errores. Estos sistemas funcionan a partir de algoritmos específicos que pueden procesar la información y emulan así, la inteligencia humana.
Principales usos de la IA en medicina
La Inteligencia Artificial puede usarse en la revisión de exámenes e imágenes de estudios complejos. En estos casos, los resultados son analizados por programas especializados cargados con información relevante para la detección de anomalías. Un ejemplo de esto es la utilización de Inteligencia Artificial para la detección del cáncer de mama mediante la examinación de mamografías.
También la Inteligencia Artificial puede utilizarse para el desarrollo de aplicaciones y asistentes virtuales que “atiendan” a los pacientes. En efecto, hay algunas aplicaciones que permiten cargar síntomas para llegar a un diagnóstico. Estas aplicaciones no solo son para los pacientes, sino que pueden ser de gran utilidad para los médicos, ya que permiten comparar casos y relacionar los síntomas con hallazgos médicos previos.
Además, durante la pandemia de Covid-19 la Inteligencia Artificial fue de mucha importancia. A nivel de salud pública se usó para evaluar y prever la evolución de los brotes a lo largo del mundo, lo que contribuyó con el manejo de la enfermedad. También fue indispensable para la investigación médica ya que ayudó a acelerar la secuenciación del genoma y a realizar diagnósticos más rápidos.
¿Está en riesgo la medicina humana?
Por supuesto que no. Y por varios motivos.
En primer lugar, la relación entre médico y paciente no puede ser automatizable. Si bien hay algunas aplicaciones que pueden dar respuestas médicas, la comprensión de un ser humano y su empatía hacia los pacientes no pueden ser emuladas. La Inteligencia Artificial no puede reemplazar el vínculo que entablan médicos con sus pacientes para poder aliviar sus dolencias y contribuir con su sanación. Las personas necesitamos profesionales que nos escuchen y nos entiendan.
En segundo lugar, en el cuidado de la salud no todos los casos son fáciles o prototípicos. Por el contrario, es usual que en la práctica médica se presenten casos que requieren lucidez crítica, atención específica y cierta cuota de creatividad. En estas situaciones, la Inteligencia Artificial puede no proveer las respuestas necesarias para la atención de los pacientes.
En resumen, podemos decir que la Inteligencia Artificial puede contribuir mucho con la medicina siempre que se la utilice de manera consciente, empática y crítica.