Dormir bien es cuidar la salud

La estresante vida laboral, los compromisos familiares y sociales, los entretenimientos muchas veces conspiran contra la necesidad de dormir bien. En esta nota te contamos cuál es la importancia del sueño para la salud.

El sueño es un proceso fisiológico que permite que las personas descansemos y repongamos la energía necesaria para la vida cotidiana. El sueño es absolutamente necesario para la salud, las personas no podríamos vivir sin dormir. Sin embargo, no siempre logramos dormir bien: a veces dormimos pocas horas o de manera entrecortada. Los adultos necesitan dormir 7 u 8 horas cada día para poder lograr un descanso óptimo, aunque se estima que pocas personas alcanzan ese tiempo de sueño. De hecho, según un científico argentino, hoy dormimos una hora menos que hace 50 años y dos horas menos que hace 100.

Beneficios del sueño

Dormir bien es importante tanto para la salud física como para la salud mental. En el plano físico, el sueño tiene influencia en el control del nivel de azúcar en la sangre y también en la regulación de la presión arterial. Además, el sueño tiene un impacto positivo en el sistema inmunológico, entonces es importante descansar bien para evitar algunas enfermedades. En cuanto al plano mental, las dificultades para dormir pueden generar ansiedad y malestares.

También no dormir bien puede traer perjuicios en aspectos sociales: si estamos cansados o nos sentimos sin energía, vamos a tener dificultades para desempeñarnos adecuadamente en nuestros trabajos o en la vida cotidiana. También pueden aparecer problemas relacionados con el humor o el manejo de las emociones y también en las reacciones hacia los demás.

Específicamente en el ámbito laboral, académico y social, estudios recientes muestran que el descanso adecuado tiene un papel fundamental para la concentración y el aprendizaje. Según estudios especializados, durante el sueño se puede ordenar y almacenar de modo selectivo la información adquirida durante el día.

Consejos para dormir mejor

● Evitar las pantallas a la hora de dormir: si bien puede ser una costumbre para muchos, la luz que emiten celulares, notebooks y televisores retrasa la hora de dormir y afecta nuestro descanso.

● Leer de noche: la lectura suele ser un hábito para el que no encontramos tiempo en una vida ajetreada, así que la noche puede ser el momento ideal. Leer con una luz tenue (en lo posible cálida) puede ayudarnos a relajarnos para dormir.

● Gestionar el clima de la habitación: es difícil dormir bien si sentimos calor o frío. En épocas estivales una temperatura de 24° es ideal para poder descansar.

● Tratar de no consumir comidas muy pesadas de noche o bebidas energizantes. Lo que comemos y bebemos puede tener efectos negativos en la calidad del sueño que conciliamos. Se recomienda evitar frituras, comidas muy grasosas y picantes.

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