Los trastornos musculoesqueléticos (TME) son una de las principales causas de discapacidad y ausentismo laboral en Argentina y el mundo. En esta nota te contamos de qué se tratan estos trastornos, qué dolores pueden generar y cómo podés prevenirlos.
¿Qué son los trastornos musculoesqueléticos?
Los trastornos musculoesqueléticos (TME) son afecciones que comprometen músculos, tendones, nervios y articulaciones, y representan una de las principales causas de enfermedad profesional en Argentina. Según la Fundación Argentina de Ergonomía, estos trastornos afectan significativamente la calidad de vida de millones de trabajadores en el país.
Problemas más frecuentes
Entre los TME más comunes se encuentran:
–Dolor lumbar: Consiste en dolores en la zona media y baja de la espalda. Es la principal causa de discapacidad en más de 160 países, incluyendo Argentina.
–Síndrome del túnel carpiano: Afecta la muñeca y es frecuente en tareas que implican movimientos repetitivos.
–Tendinitis del manguito rotador: Asociada a movimientos repetitivos del hombro.
–Epicondilitis: Conocida como «codo de tenista», relacionada con movimientos repetitivos del codo y la muñeca.
Trabajos con mayor riesgo
Los sectores laborales con mayor incidencia de TME incluyen:
Industria textil: Un estudio reveló que el 87% de los trabajadores en puestos de planchado presentaban lesiones musculoesqueléticas.
Sector salud: El personal médico y de enfermería está expuesto a posturas forzadas y movimientos repetitivos.
Teletrabajo: Durante el aislamiento por COVID-19, el 82,5% de los trabajadores argentinos reportaron dolencias musculares, lo que evidenció la falta de ergonomía en los entornos domésticos.
Construcción y manufactura: Estas actividades implican esfuerzos físicos intensos y posturas incómodas.
Recomendaciones para la prevención
Para mitigar el riesgo de TME, se sugieren las siguientes medidas basadas en la salud laboral:
1. Ergonomía: Diseñar puestos de trabajo que se adapten a las características físicas del trabajador y que le permitan adoptar posturas cómodas y no riesgosas.
2. Pausas activas: Incorporar descansos regulares para realizar ejercicios de estiramiento.
3. Capacitación: Formar a los trabajadores en técnicas de levantamiento y manipulación de cargas para distribuir correctamente el peso y adoptar posturas adecuadas.
4. Evaluaciones periódicas: Realizar controles médicos para detectar precozmente signos de TME.
5. Adaptación del entorno de teletrabajo: Asegurar que el mobiliario y los dispositivos utilizados en el hogar sean ergonómicos.
La implementación de políticas de prevención y la promoción de entornos laborales saludables son esenciales para reducir la incidencia de TME y mejorar la calidad de vida de los trabajadores.