A raíz del Día del Corazón, aprovechamos para contarte cuáles son los principales factores de riesgo cardiovascular y cómo se relacionan con los diferentes ámbitos laborales.
Día del corazón: un día para reflexionar
El 29 de septiembre ha sido declarado el “Día del Corazón”, una iniciativa que busca reflexionar acerca de los hábitos que afectan a nuestro corazón y empezar a cuidarlo. Las enfermedades cardiovasculares son la mayor causa de muerte en todo el mundo, y afectan a alrededor de 17 millones de personas por año: un tercio de la población mundial. Entre las causas más frecuentes de estas afecciones están la hipertensión, el tabaquismo y la obesidad.
Trabajo y riesgo cardiovascular
Los factores de riesgo cardiovascular hacen referencia a aquellos motivos que aumentan la posibilidad de sufrir enfermedades cardíacas o accidentes cerebro-vasculares. Se pueden clasificar en no modificables y modificables. Los factores no modificables son la edad, el sexo y la carga genética; mientras que entre los factores modificables encontramos la dieta, el sedentarismo, el tabaquismo, entre otros.
Los tipos de trabajo y las tareas requeridas por cada puesto son influyentes en relación con los factores modificables de riesgo cardiovascular. Algunas condiciones de trabajo que generan un aumento del riesgo cardiovascular pueden ser:
-El desarrollo de tareas muy estresantes, como aquellas que requieren velocidad y precisión.
-Ambientes laborales incómodos, estresantes o muy exigentes.
-Largas jornadas de trabajo sedentario, como las tareas de oficina.
-Tiempos de descanso muy breves o en espacios reducidos.
-Espacios laborales en los que no hay lugar o manera de consumir alimentos saludables o elaborados de modo casero.
-Ambientes de trabajo en los que se permite fumar.
¿Cómo cuidar tu corazón?
La manera de prevenir las enfermedades cardiovasculares es limitar (en la medida de lo posible) los factores de riesgo y realizar controles médicos de forma rutinaria. La herencia biológica es un gran factor de riesgo, por eso es importante que te controles si en tu familia hay casos de enfermedades cardiovasculares. Además, es importante la realización de chequeos médicos de rutina en los que te controlen la presión arterial, el colesterol y el azúcar en la sangre.
También te recomendamos:
– Realizar actividad física de manera frecuente.
– Comer sano, evitando el exceso de grasas, azúcares y sal.
– Mantener un peso saludable.
– No fumar y evitar el humo de cigarrillo.