Trastornos alimenticios: una problemática vigente

Cuando nos hablan de los trastornos alimenticios, enseguida pensamos en bulimia y anorexia. Sin embargo, en la actualidad los investigadores han hallado nuevos trastornos de la alimentación asociados a la vida saludable y el ejercicio. En esta nota te contamos más qué son los trastornos de la alimentación, cuáles son los más frecuentes y cómo detectarlos.

Trastornos alimenticios: sus características

También se llamab trastornos de la conducta alimenticia. Consisten en una serie de conductas atípicas en la alimentación que afectan tanto a la salud física como a la salud mental. Si bien se asocian típicamente con las mujeres, personas de todas las edades pueden sufrir un trastorno alimenticio.

Los trastornos alimenticios son un problema grave en nuestro país. Es el segundo país del mundo (después de Japón) con los índices más altos de bulimia y anorexia, y se calcula que entre el 5 y el 10% de los adolescentes sufren algún trastorno.

Si bien los trastornos alimenticios tienen un origen individual, los estereotipos sociales y los discursos hegemónicos sobre la belleza y el éxito también son influyentes. Se trata de imágenes y dichos que circulan en los medios de comunicación y pueden tener mucho impacto en la autoestima de las personas. La distancia entre lo que es socialmente valorado y la propia imagen física puede llevar a que las personas desarrollen, en determinadas condiciones psicológicas, un trastorno de la conducta alimenticia.

Categorización de los trastornos alimenticios

Según las conductas que desarrollen las personas afectadas, se puede hablar de diferentes trastornos. Los más frecuentes son:

BULIMIA: se caracteriza por la ingesta (a veces descontrolada) de comida seguida de episodios de mucha angustia y culpabilidad. A raíz de esto, las personas pueden provocarse vómitos o consumir laxantes con el objetivo de “expulsar” lo que ha sido ingerido. También puede aparecer una realización obsesiva de ejercicio físico como modo de controlar el peso.

ANOREXIA: se relaciona con una visión totalmente distorsionada de la imagen corporal que lleva a las personas a verse “gordas” aún cuando están por debajo de su peso ideal. Se suele ingerir muy poca comida, o con muy pocas calorías. Además, esto se suele combinar con una realización excesiva de ejercicio físico para quemar esas calorías.

ATRACONES: Se producen episodios de atracones con comida tras períodos de dieta extrema o cuidada. Las personas suelen sentir que no tienen control sobre su cuerpo ni sobre su alimentación.

VIGOREXIA: si bien no está aún reconocida como enfermedad, este término se asocia a una preocupación excesiva por el físico y una distorsión en la imagen corporal. En este trastornos se realiza ejercicio excestivamente para mejorar el aspecto del cuerpo. Esto lleva, a veces, al desarrollo de una musculatura desproporcionada para el talle. También puede generar el consumo de alimentos específicamente proteicos o de sustancias como esteroides, anabólicos y complejos dietarios para aumentar la masa muscular.

ORTOREXIA: Se caracteriza por una obsesión con la calidad de la comida ingerida. Existe un comportamiento obsesivo compulsivo que lleva a eliminar completamente cualquier alimento que no sea considerado saludable, como las grasas animales, los alimentos transgénicos, las grasas saturadas y los ultraprocesados. Son personas que basan su dieta en determinados grupos alimenticios con mejores valores nutricionales, aunque por la evitación de otros alimentos, pueden sufrir desnutrición.

Elementos para estar alerta

A continuación te damos algunos elementos para estar alertas, en el caso de que tengas algún familiar o amigo que pueda estar sufriendo de un trastorno alimenticio. Se consideran factores preocupantes:

– La obsesión constante alrededor del peso y la imagen corporal.

– La realización compulsiva de actividad física.

– La observación minuciosa de la comida y la dieta.

– El comienzo y seguimiento obsesivo de formas de alimentación específicas.

– La disminución abrupta y sostenida del peso.

– Las conductas antisociales en eventos familiares y sociales asociados a la ingesta de comida.

– El salteo de comidas y los ayunos prolongados, combinados con ingestas de comidas a escondidas o por angustia.

Si conocés a alguna persona que pueda sufrir un trastorno de la conducta alimenticia o vos mismo/a te identificás con alguna de las problemáticas, lo mejor es consultar a un especialista en nutrición y salud mental.

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