Con la llegada del verano comienzan los malestares asociados al calor: transportes
colapsados y sin aire, oficinas calurosas sin ventilación y pasos abruptos de espacios
refrigerados a la vía pública ardiente. En esta nota te contamos quiénes están más
expuestos a trabajar con calor y te damos tips para cuidar tu salud en época estival.
Desde comienzos de diciembre comienzan a sentirse los efectos del verano en la
atmósfera. Registramos el aumento de la temperatura ambiental, de la humedad y
esquivamos los rayos del sol. Estos factores, que son deseados en los períodos
vacacionales, resultan bastante molestos para el desarrollo laboral y, en ocasiones, pueden
poner en riesgo nuestra salud.
¿Cuáles son los trabajos más afectados por el calor?
Si bien muchos trabajadores sufren los efectos del calor durante el viaje a sus puestos o
cuando salen de los espacios refrigerados con aire acondicionado, en algunos trabajos se
está más expuesto a sufrir el calor por las propias condiciones en las que se desarrolla la
tarea.
Los trabajadores más afectados por el calor son aquellos que deben realizar sus tareas al
aire libre y, por lo tanto, los afecta tanto la temperatura elevada como la exposición al sol.
Dentro de este grupo encontramos trabajadores de la construcción, de mantenimiento, el
personal encargado de la limpieza, vendedores en la vía pública, entre otros. En estos
puestos es más frecuente trabajar con calor.
También sufren más el calor los trabajadores de fábricas o industrias donde la producción
de los bienes involucra elevadas temperaturas. Este es el caso de las industrias
metalúrgicas, automotrices, las fundiciones, las fábricas de cemento, ladrillos y otros
materiales para la construcción. También sufren los efectos de trabajar con calor los
panaderos, cocineros y lavanderos, cuyas labores involucran estar en contacto con hornos y
máquinas que generan vapor.
Otros trabajos en los que se sufre el calor son aquellos que se desarrollan en ambientes
que no están preparados para temperaturas extremas estivales, como algunas oficinas en
edificios antiguos o algunos establecimientos educativos.
En todos estos puestos es importante tener en cuenta los riesgos de trabajar con calor y
considerar algunas medidas para disminuirlos, por ejemplo, programar los turnos de trabajo,
reducir jornadas o alternar horarios.
¿Trabajar con calor conlleva riesgos para la salud?
La respuesta es sí, trabajar con mucho calor, en especial si el trabajo involucra esfuerzo
físico por parte del trabajador puede tener riesgos leves, moderados o graves para la salud.
Entre los principales síntomas podemos mencionar:
-Golpe de calor: ocurre cuando el cuerpo no puede regular la temperatura corporal y
se caracteriza por la presencia de piel caliente o roja, cefalea, confusión y mareos.
-Deshidratación: se produce por el aumento de la transpiración y se manifiesta en
sensación de desorientación, boca seca, sed extrema, malestar general y piel pálida.
-Desmayos: en especial cuando el trabajo implica estar de pie.
-Sarpullidos: debido a la piel húmeda por la transpiración en contacto con otros
materiales o telas que la irriten.
Algunos tips para cuidar la salud si te toca trabajar con calor
Los consejos son similares a los que debe tener cualquier persona ante el calor.
En primer lugar, recomendamos comer liviano y tomar mucha agua, evitar las gaseosas y
las bebidas azucaradas. Es importante tener en cuenta que cuando sentimos sed, ya
tenemos un grado de deshidratación. También te sugerimos evitar las grasas, frituras y
carnes, que contienen mucha sal y son de digestión lenta. En cambio podés comer frutas y
vegetales, lácteos descremados y cereales.
En segundo lugar, es importante evitar el sol, los espacios cerrados y utilizar los
mecanismos de ventilación y refrigeración tal como se recomienda. El aire acondicionado
debe estar en 24° para mantener el confort.
La ropa debe ser liviana y de colores claros. Si usás anteojos de sol, debería ser con
protección UV. Además, para proteger la piel siempre es necesario usar protector solar
adecuado.
Por último, es importante tomarte descansos cuando los necesites para hidratarte,
protegerte del sol y refrescarte.