¿Te gana el cansancio?

La sensación constante de cansancio y agotamiento es
un signo de que debemos cambiar algo. Además de visitar al médico, te
recomendamos estas actividades.

 

Estás con menos trabajo, abandonaste algunas
actividades y, sin embargo, te sentís cansada o cansado todo el día, todos los
días. ¿Por qué?

 

No se trata simplemente de haber dormido poco una
noche, o haber hecho mucha actividad física el día anterior. Es un estado
constante que hace que, cuando te pregunten cómo estás, tu primera respuesta
sea “¡Muerta!”.

 

Lo primero es consultar a un médico. Algunas enfermedades,
como el Síndrome de fatiga crónica, son tratables y pueden revertirse con
cambios de hábitos, reducción del estrés y una mejor alimentación.

 

Si descartamos algo físico, tenemos que pensar en qué
cosas estamos haciendo que afectan de manera constante nuestro bienestar. Acá
van algunas pistas para prestar atención:

               

 

– ¿Mucha exposición a las pantallas?

 

¿Cuántas horas pasás frente a una pantalla en el día?
Si tu trabajo es de oficina, la respuesta seguramente sea “muchas”. Pero si,
además, sumás el tiempo de televisión y teléfono, seguramente sea “muchísimas”.
Y si, encima, mirás el teléfono o la televisión hasta el momento de dormir,
entonces es “demasiado”.

 

Por una parte, es sabido que el consumo excesivo de
redes sociales se asocia al estrés, la ansiedad y la depresión; además,
mantiene tu cerebro en actividad impidiendo que se “desconecte” en los momentos
clave del descanso, como al ir a dormir.

Por otra parte, también puede estar produciendo fatiga
ocular, que impacta en la fatiga general. Los oftalmólogos recomiendan, para
combatirla, mirar lejos de la pantalla, a unos 6 metros, durante 20 segundos
cada 20 minutos. Además, cada 40 minutos hay que cambiar la postura por un
rato; por ejemplo, dar una breve caminata de 5 minutos, que alivie la postura.

 

 

– Falta de magnesio, hierro o vitamina D

 

Un estudio clínico puede indicarte deficiencias de
este tipo que sólo en casos extremos te llevarán a consumir suplementos. En la
mayoría de los casos, alcanzará con que incorpores más espinacas para obtener
magnesio; frutas secas para complementar el hierro y pescados grasos como el
salmón o el atún para aumentar tu vitamina D.

 

 

– Manejar el stress

 

A veces el stress y la ansiedad nos impiden
concentrarnos y hacemos una tarea pensando en otra, en un ciclo aparentemente
sin fin en el que nunca logramos nuestros objetivos. Para evitar esta
sensación, es importante ponerse objetivos de corto, mediano y largo plazo;
hacer un listado de tareas con su plazo de realización y permitirse el disfrute
de terminar algo antes de empezar otra cosa.

 

Aprender a relativizar los pequeños problemas
cotidianos, quizás con ayuda de psicoterapia, puede ser clave para manejar el
stress y la ansiedad cotidiana.

 

 

– ¿Dormís bien?

 

Es importantísimo un buen
descanso
, no sólo en cuanto a la cantidad de horas de sueño,
sino especialmente en cuanto a su calidad: en una cama cómoda, con una
temperatura adecuada y con una adecuada preparación (sin exposición a pantallas
antes, sin ingerir alcohol).

 

No siempre podemos alcanzar las benditas 8 horas, pero
sí podemos hacer que las horas que durmamos valgan la pena.


 

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