Psoriasis

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel. En esta nota te contamos más sobre esta afección, cómo se detecta y cuáles son las principales formas de tratarla.

¿Qué es la psoriasis?

La psoriasis es una afección cutánea de origen autoinmune y no contagiosa. Se caracteriza por la aparición de lesiones rojizas cubiertas de escamas blanquecinas, que pueden causar picazón, ardor o dolor. Afecta principalmente zonas como codos, rodillas, cuero cabelludo y la región sacra, aunque puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo.

La causa exacta de la psoriasis no se conoce completamente, pero se sabe que existe una predisposición genética. También hay factores ambientales y del estilo de vida pueden desencadenar o agravar la enfermedad. Entre ellos se incluyen infecciones, lesiones en la piel, ciertos medicamentos, consumo de alcohol, tabaquismo y estrés.

¿Cómo se detecta?

La forma de detección de la enfermedad es por la aparición de las lesiones. Las más frecuentes en la psoriasis son placas, que se presentan como áreas elevadas de piel enrojecida cubiertas por escamas plateadas. Estas lesiones pueden variar en tamaño y suelen aparecer de forma simétrica.

En algunos casos, la psoriasis puede afectar las articulaciones, dando lugar a la artritis psoriásica, que provoca dolor, rigidez e inflamación articular.

El diagnóstico de la psoriasis se basa principalmente en la evaluación clínica de las lesiones cutáneas. En casos atípicos, puede ser necesario realizar una biopsia de piel para confirmar el diagnóstico y descartar otras enfermedades dermatológicas.

¿Se puede tratar?

Aunque no existe una cura definitiva para la psoriasis, hay múltiples tratamientos que ayudan a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Las opciones terapéuticas incluyen:

Tratamientos tópicos: como cremas con corticosteroides o análogos de la vitamina D, que ayudan a reducir la inflamación y la proliferación celular.

Fototerapia: exposición controlada a luz ultravioleta, que puede disminuir la actividad inmunológica en la piel.

Tratamientos sistémicos: medicamentos orales o inyectables que actúan sobre el sistema inmunológico. Recientemente, se han desarrollado terapias biológicas que han mostrado eficacia en casos moderados a severos.

Relación con el estrés y el entorno laboral

El estrés es un factor reconocido que puede desencadenar o empeorar los brotes de psoriasis. Situaciones laborales estresantes, jornadas prolongadas y ambientes de alta presión pueden contribuir al agravamiento de la enfermedad. Además, la visibilidad de las lesiones puede afectar la autoestima y generar ansiedad, impactando negativamente en el desempeño laboral.

Un estudio realizado en nuestro país destacó que más de la mitad de los pacientes con psoriasis enfrentan dificultades para acceder a atención médica especializada, lo que puede agravar el impacto de la enfermedad en su vida diaria y laboral.

Es fundamental abordar la enfermedad de manera integral, considerando tanto los tratamientos médicos como el apoyo psicológico y social. La concientización sobre la psoriasis y la mejora en el acceso a tratamientos especializados son esenciales para mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.

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