Cada 12 de julio se conmemora en nuestro país el
nacimiento del Dr. Favaloro. Te invitamos a conocer su vida y su significado
para la medicina mundial.
René Gerónimo Favaloro nació el 12 de julio de
1923 en el barrio ‘el mondongo’ de La Plata, en una familia humilde. Cursó la
primaria en la escuela de su barrio y luego ingresó al importante Colegio
Nacional de La Plata. En esa misma ciudad seguiría la carrera de medicina, y
volvería al barrio de su infancia para hacer la residencia en el Hospital
Policlínico.
El médico
rural
A lo largo de su destacada carrera universitaria
conoció a algunos de sus mentores, como el Dr. Federico E. B. Christmann, quien
afirmaba que para ser un buen cirujano era necesario ser un buen carpintero,
aludiendo de esta forma al carácter paciente y artesanal de la labor médica. Al
concluir su residencia, en 1949, consideró ingresar al Policlínico para cubrir
un cargo vacante. Sin embargo, sus diferencias ideológicas con el peronismo y
las autoridades sanitarias le impidieron aceptar el cargo. En cambio, decidió
aceptar la invitación de un tío residente en la localidad de Jacinto Aráuz, un
pueblo pampeano de 3500 habitantes, para trabajar como médico rural.
Su llegada, en 1950, revolucionó la zona. Se
trataba de un médico joven y talentoso que se preocupaba integralmente por sus
pacientes, a quienes no veía como meros casos clínicos individuales, sino como
personas dignas y complejas que participaban de una comunidad. Al poco tiempo
se le unió su hermano, Juan José, y juntos modernizaron el centro asistencial
con una serie de logros inéditos en la provincia: redujeron las infecciones en
los partos, la mortalidad infantil y la desnutrición; organizaron un banco de
sangre y un padrón de donantes voluntarios, y recorrieron los castigados
caminos rurales atendiendo pacientes de todas las edades y condiciones
sociales.
Años más tarde recordaría esta época diciendo
que el quehacer médico “debe estar rodeado de dignidad, igualdad, piedad
cristiana, sacrificio, abnegación y renunciamiento”.
El viaje a Estados Unidos y la revolución
cardiológica
Aunque su tarea rural era suficiente para agotar
a cualquiera, Favaloro encontraba tiempo para viajar periódicamente a La Plata
y enterarse de los últimos avances en cirugía torácica. En 1962, con un inglés rudimentario
y los ahorros de su corta vida, viajó a la Cleveland Clinic para sumarse como
residente al equipo de vanguardia que trabajaba allí.
Lo que planeaba sería una breve estancia de
formación se convirtió en una exitosa carrera de diez años. En mayo de 1967
realizó el primer bypass coronario usando la vena safena: empleó una vena
tomada de la pierna del paciente para rodear una obstrucción de las arterias
del corazón. De este modo, la irrigación se restablecía por completo y la vida
del paciente cambiaba de manera radical. Este revolucionario procedimiento
salva hoy, cincuenta años más tarde, entre 600.000 y 700.000 vidas sólo en
Estados Unidos.
Allí desarrolló también instrumentos novedosos
para la cirugía coronaria, que son hoy parte del instrumental quirúrgico
obligado en los quirófanos de todo el mundo. Aunque pudo haber hecho una
fortuna al patentar sus inventos y procedimientos, siempre se negó a hacerlo,
convencido de que la medicina debía estar al servicio de todos. Parte de estas
convicciones son las que, en 1971, lo trajeron de vuelta a Argentina,
abandonando una sólida y conveniente carrera profesional en Estados Unidos.
La Fundación Favaloro y la medicina social
Favaloro volvió a nuestro país con el objetivo
de crear un centro de atención, investigación y educación de nivel
internacional especializado en cardiología. La reconocida Fundación Favaloro se
creó en 1975 y rápidamente creció y se expandió hasta el nacimiento, en 1998,
de la Universidad Favaloro, que incluye en la actualidad una Facultad de
Ciencias Médicas y otra de Ingeniería, Ciencias Exactas y Naturales.
Desde la Fundación y el Instituto de Cardiología
y Cirugía Cardiovascular realizó una labor sin precedentes en estrecha
vinculación con la vida social, política y cultural de nuestro país, brindando
servicios de alta complejidad con un equipo de profesionales de primer nivel a
todo aquel que lo necesitara.
Esta tarea desinteresada, al servicio del otro y
sin fines de lucro, llevó a la Fundación a una crisis sin precedentes. El PAMI
había suspendido los pagos a la Fundación, pero Favaloro se negó a dejar a sus
afiliados sin atención médica. Esta situación se tornó económicamente inviable
y, hundido en la depresión, se suicidó de un disparo al corazón el 29 de julio
de 2000. Sobre su escritorio había dejado una carta dirigida al entonces
presidente, Fernando De La Rua, en la que decía: ‘me aconsejaban que para
salvar a la Fundación debemos incorporarnos al ‘sistema’: sí, a los ‘retornos’
(…) En este momento, a esta edad, terminar con los principios éticos que recibí
de mis padres, mis maestros, me resulta extremadamente difícil. No puedo
cambiar, prefiero desaparecer’.
12 de julio. Día de la medicina social
En el año 2004 se decretó que el día 12 de
julio, aniversario de su nacimiento, se celebrara en nuestro país el Día de la
medicina social. En este día se recuerda su compromiso con la dignidad humana y
su comunidad, en la convicción de que ‘la medicina sin humanismo médico no
merece ser ejercida’.
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