Aunque en algunos casos
la diabetes es heredada genéticamente, cada año aumenta la cantidad de personas
que la adquieren por sus hábitos.
El sedentarismo y una dieta demasiado rica en
azúcar procesada y carbohidratos son las principales causas de diabetes
mellitus o “diabetes tipo 2”. A diferencia de otras, que son hereditarias, esta
variante de la enfermedad depende fundamentalmente de hábitos poco saludables
en niños y adultos. El 90% de los diabéticos padecen esta forma de enfermedad.
La diabetes genera graves trastornos asociados.
Es la principal causa de ceguera y fallo renal en adultos. Produce daños
irreparables en el sistema nervioso y problemas circulatorios que, en
combinación, pueden llegar a la necesidad de amputación de las extremidades
inferiores. Aumenta, además, el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
La buena wp_posts es que
es prevenible, y todos podemos adoptar pequeños hábitos cotidianos para
disminuir el riesgo de desarrollar la enfermedad.
1. Controlá tu peso. El sobrepeso es la
principal causa de desarrollo de la diabetes tipo 2. Según estudios
epidemiológicos, la obesidad aumenta entre 20 y 40 veces las probabilidades de
adquirir la enfermedad. Por el contrario, para quienes tienen un índice de masa
corporal superior al saludable, perder un 10% de peso ayuda a disminuir las
probabilidades a la mitad.
2. No abandones el ejercicio. Con el
tiempo se nos hace más difícil mantener un ejercicio físico regular, como ir al
gimnasio o practicar deportes. Sin embargo, el trabajo muscular mejora la
absorción de glucosa y el uso de la insulina que el cuerpo produce
naturalmente. No hace falta ser un deportista de élite: media hora de ejercicio
físico diario, o caminatas de 50 minutos, disminuyen el riesgo de adquirir
diabetes tipo 2 en un 30 %.
3. Apagá la tele. La inactividad extrema
de tareas como sentarse a mirar televisión aumenta las probabilidades de
desarrollar la diabetes tipo 2. Se calcula que dos horas diarias de televisión
aumentan un 20% las chances de adquirir la enfermedad, y un 15% las de
enfermedades cardíacas. Cuanta más televisión miramos, mayor es el riesgo de
sobrepeso y sedentarismo.
4. Mejorá tu dieta. Cuatro hábitos
alimentarios, sencillos y cotidianos, pueden mejorar tus probabilidades frente
a la enfermedad:
a. Consumí productos con granos enteros en vez
de carbohidratos procesados. Los cereales integrales favorecen la lenta
metabolización de la glucosa, además de incluir vitaminas y minerales
esenciales. Por el contrario, las harinas procesadas y todos sus subproductos
(galletitas, golosinas, etc.) proveen al organismo de un exceso de azúcar que
aumenta el riesgo de contraer diabetes.
b. Consumí agua fresca, café y té. El consumo
habitual de bebidas azucaradas aumenta el riesgo de diabetes hasta en un 80%.
Existen bebidas que incluyen sustitutos del azúcar, como la stevia u otros
productos artificiales, que disminuyen el riesgo de contraer la enfermedad. Sin
embargo, también en estos casos deben consumirse con moderación.
c. Ojo con las grasas malas. Hay dos tipos de
grasas que incorporamos con los alimentos: las poliinsaturadas provienen de
aceites vegetales líquidos, cereales, frutos secos y semillas y son saludables
para nuestro cuerpo. Las grasas trans, en cambio, se encuentran en margarinas,
comidas fritas y alimentos que incluyen “aceites vegetales parcialmente
hidrogenados”. Estas son las que aumentan el riesgo de diabetes. Es fundamental
leer la información nutricional de los alimentos antes de consumirlos para
evitar las grasas malas.
d. Reducí la carne roja y procesada. La carne de
vaca procesada (como en fiambres, salchichas, etc.) aumentan el riesgo de
diabetes, incluso con un consumo reducido. Es importante consumir fuentes
alternativas de proteínas como pescado, pollo, cereales enteros y frutos secos.
En resumen, para prevenir la diabetes tipo 2
necesitamos dos cosas: una vida activa y una alimentación sana.
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