Consejos para comer de manera saludable

Es uno de los consejos
más conocidos y que seguimos menos: hay que comer más sano. Pero, ¿qué
significa comer sano? ¿si como sano no engordo? ¿por qué es tan rica la comida
que nos hace mal?

Todos sabemos qué evitar: el colesterol, las grasas saturadas, el exceso de
azúcar, de alcohol, de harina… Sin embargo no lo hacemos: después de almorzar
una ensalada, nos comemos un alfajor; desayunamos un yogur descremado, pero
picamos dos medialunas a media mañana.

¿Qué es comer sano? Una alimentación adecuada tiene que darnos la energía que
necesitamos, consumiendo la cantidad necesaria de los cinco grupos
alimentarios: frutas, vegetales, granos, lácteos y proteínas. Algunos
alimentos, en cambio, no entran en ninguno de estos grupos: las grasas y los
azúcares, entre otros, contienen calorías vacías que aumentan de peso sin
aportar nutrientes.

Otro aspecto a tener en cuenta es la cantidad: si comemos de más, terminaremos
teniendo problemas de sobrepeso u obesidad. Es que comer alimentos nutritivos
no garantiza el peso ideal. La manera de calcularlo es a través del Índice de
masa corporal, que resulta de dividir el peso en kilogramos por la altura en
centímetros al cuadrado (o usando esta calculadora de IMC). Si tu IMC se
encuentra entre 18,5 y 24,99, estás en el peso adecuado. A partir del 25 se
considera sobrepeso y, desde 30, obesidad.

Pero a veces nos cuesta: ¿por qué nos gusta más la comida que menos deberíamos
comer? Hay varios motivos. Entre los 3 y los 5 años desarrollamos la mayoría de
los gustos que nos acompañarán de adultos. Por eso es fundamental enseñarle a
los niños a comer de todo desde muy pequeños. Otros motivos son químicos: el
cerebro habituado a los alimentos procesados, con gran cantidad de aceites,
harinas y azúcares, asocia su consumo a los receptores neuronales del placer.
Alimentos como el azúcar producen una dependencia similar a otras adicciones.

¿Querés comer sano pero te cuesta? No te preocupes: te damos algunos trucos.

1. Que las frutas y las verduras estén siempre a mano. A veces comemos un
paquete de galletitas simplemente porque está sobre la mesa. Si dejás una
frutera a mano con manzanas o bananas, tenés una buena cantidad de zanahoria ya
rallada en la heladera o un recipiente con cereales de grano entero (tipo
granola), te va a resultar más fácil y cómodo comerlos.

2. ¡Ponele onda! Comer verduras no tiene que ser simplemente hervir acelga
hasta que pierda el color y el sabor; muchas recetas son sencillas, baratas y
muy ricas. El truco está en combinar colores, sabores y texturas; recordá que
la comida entra primero por los ojos.

3. Que sea la primera opción. Si tenés la heladera llena de frutas, vegetales,
carnes magras, será mucho más fácil consumirlas. Si, en cambio, tenés que hacer
una excursión a la verdulería cuando vas a preparar la cena, lo más probable es
que te decidas por hacerte unos fideos… Lo mismo sucede con las bebidas: dejá
las gaseosas fuera de la heladera y, en cambio, tené siempre una botella de
agua fría. De esta manera, la opción más a mano va a ser siempre la más
saludable.

4. Comé una fruta antes de hacer las compras. Esto potencia que cuando las
hagas compres más frutas y vegetales.


5. Hacé la lista de alimentos para comprar. Si realizáslas compras con una
lista vas a poder planear mejor tus comidas y, sobre todo,evitar las compras
impulsivas de golosinas, snacks y alimentos procesados.

Ya todos conocemos los alimentos que nos hacen mal. ¡Es momento de recordar las
ventajas de comer bien!


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