Lumosity, Elevate, Unobrain… cada vez
más aplicaciones móviles prometen ejercitar nuestro cerebro y retrasar los
efectos cognitivos del envejecimiento. Un estudio reciente analiza sus efectos.
Parece casi de sentido común: el cerebro es como
un músculo; si queremos que se mantenga sano y fuerte hay que ejercitarlo.
Aplicaciones como Lumosity prometen cumplir con ese objetivo, pero: ¿lo hacen?
No. Según un equipo de
neurocientíficos,
que analizó 374 estudios citados frecuentemente por estas empresas, las
investigaciones realizadas presentan “pocas pruebas de que el entrenamiento
mejore el rendimiento” en tareas cognitivas cotidianas.
En muchos casos, incluso, los estudios se
realizaron tendenciosamente para producir sus resultados, y tienen serias
fallas metodológicas que los invalidan. En otros, las actividades propuestas
permiten mejorar el rendimiento en esas actividades, pero no se transfieren a
otros campos. De esta manera, un juego que me propone aprender a memorizar
series de números hace que, efectivamente, memorice cada vez más números; pero
esto no significa que pueda memorizar otra cosa, por ejemplo, letras. Puedo
jugar cada vez mejor a un videojuego de fútbol, pero eso no me hará un buen
futbolista.
Otros estudios muestran que las apps de
entrenamiento mental tienen un efecto placebo (esto es, cuando la persona deja
de sentir dolor de cabeza al tomar una pastilla que no tiene ninguna sustancia,
pero piensa que es un analgésico). En un experimento, se convocó a dos grupos
de estudiantes a jugar con estas aplicaciones. A un grupo se le dijo que eran
para “mejorar el cerebro y la cognición” y al otro no se le dijo nada. Después
de una hora de uso, los miembros del primer grupo tuvieron un rendimiento mejor
en pruebas científicas de cognición. Como todos habían recibido el mismo
estímulo, la conclusión es que los primeros estaban más atentos y concentrados
porque esa era su expectativa; es decir, mejoraban su rendimiento por el efecto
placebo, y no por las características de la aplicación.
¿Significa esto que deberíamos abandonar este
tipo de ejercicios y actividades cognitivas? Daniel Willingham sostiene que siempre es una
buena idea mantenerse mentalmente activo; más todavía si nos divertimos en el
proceso. Sin embargo, “las tareas simples que nos hacen más inteligentes siguen
siendo una esperanza, no una realidad”.
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