Alopecia

La alopecia es la pérdida del cabello y afecta tanto a hombres como mujeres. En esta nota te contamos de qué se trata este problema físico, cuáles son sus causas principales y los avances actuales en investigación y prevención. 

Alopecia o pérdida del cabello

La alopecia es la pérdida parcial o total del cabello y puede tener causas muy diversas, desde genéticas y hormonales, hasta problemas autoinmunes, deficiencias nutricionales y uso de medicamentos. En la pérdida del cabello influyen tanto factores que alteran el ciclo de crecimiento del folículo piloso (de donde crece el pelo) como factores que dañan la estructura del folículo de manera irreversible.

Si bien la alopecia afecta tanto a hombres como a mujeres,los patrones y motivos más comunes varían entre sexos y dependen del tipo de alopecia que se presente. 

Tipos de alopecia 

Según la causa y el patrón de caída, se pueden distinguir distintos tipos de alopecia.

Alopecia androgenética (calvicie común): este es el tipo de alopecia más habitual en hombres, aunque también es frecuente en mujeres. Es hereditaria y mediada por andrógenos (dihidrotestosterona, DHT) que producen miniaturización del folículo con el tiempo. Su tratamiento y manejo son crónicos y dependen de la etapa en que se consulte. 

Alopecia areata: se trata de una enfermedad autoinmune que provoca pérdida del cabello en “parches». Se relaciona con predisposición genética y desencadenantes ambientales y/o psicosociales. En muchos casos hay recuperación espontánea pero en otros hay una recuperación crónica.

Alopecia por tracción: en estos casos, la pérdida del cabello está causada por peinados y prácticas que tensan el cabello (colas de caballo muy tirantes, trenzas, extensiones mal puestas). Al principio esta alopecia es reversible, si persiste puede cicatrizar y ser irreversible.

Efluvio telógeno (o caída difusa): ocurre por la reacción de los folículos pilosos a estrés causado por enfermedades, cirugías, embarazos, pérdidas bruscas de peso, uso de medicamentos, etc. Esta caída puede ocurrir dos o tres meses después de la situación estresante. 

Pérdida por problemas nutricionales, metabólicos o uso de medicamentos: la caída del cabello puede deberse a déficits de hierro, vitamina D, zinc. También los trastornos tiroideos pueden favorecer caída del cabello. Por último, algunos fármacos y la quimioterapia pueden inducir la pérdida del cabello.

Prevención y tratamiento: ¿qué funciona contra la alopecia?

Lo que se recomienda siempre, ante la aparición de cualquier síntoma extraño es consultar con un especialista médico que puede evaluar la situación y aconsejar tratamientos o medidas preventivas. En estos casos, es importante consultar de manera temprana con un dermatólogo ya que el diagnóstico precoz de alopecia androgenética o enfermedades inflamatorias mejora el resultado terapéutico.

Además es importante cuidar el cabello, evitando la tensión continua en los peinados, los tirones y los procesos químicos y térmicos muy agresivos (decoloraciones, alisados, etc.). También debemos tener en cuenta la dieta que llevamos adelante. En el cuidado del cabello, como en el resto de los aspectos biológicos y fisiológicos, una dieta equilibrada previene muchos problemas. Hacer ejercicio, dormir bien y manejar el estrés pueden ser de ayuda al bienestar capilar y general. 

Respecto de los tratamientos, es necesario aclarar que no existe una fórmula “mágica” que permita recuperar el cabello. En algunos casos, sin embargo, existen productos que mejoran la alopecia. Existen lociones y espumas con minoxidil tópico que está aprobado para para alopecia androgenética en hombres y mujeres; estimula la fase anágena y puede aumentar la densidad capilar si se usa de forma continua. También existen medicamentos por vía oral (como el finasteride) que es parcialmente eficaz en hombres con alopecia androgenética (no se usa en mujeres en edad fértil por riesgo teratogénico). Está aprobado y con evidencia a largo plazo. Otras técnicas más invasivas son las terapias regenerativas con plasma rico en plaquetas, las inyecciones de corticosteroides  y el trasplante capilar. En estos casos es necesaria la evaluación y el estricto control médico para determinar si estos tratamientos pueden llevarse adelante. 

Como siempre, recomendamos consultar siempre con profesionales médicos especializados y evitar el uso de productos no testeados adecuadamente.

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