La importancia de la elongación

La elongación es una práctica sencilla y de gran valor para nuestro cuerpo. En general elongamos después de la actividad física, pero en esta nota te contamos por qué elongar con regularidad trae muchos beneficios para tu cuerpo.

Beneficios de elongar

Elongar implica alargar los músculos y tendones, aumentar su flexibilidad y mejorar el rango de movimiento de las articulaciones. Estirarse con regularidad ayuda a mejorar la movilidad corporal, la funcionalidad del tejido muscular, y a reducir el dolor de las contracturas.

Los principales beneficios son:


● Mayor flexibilidad y amplitud de movimiento articular, lo que favorece el desarrollo de actividades físicas, deportivas y cotidianas.
● Mejor circulación sanguínea en los músculos.
● Prevención de rigidez, contracturas musculares y tensiones articulares, sobre todo en personas que tienen posturas mantenidas o movimientos repetitivos.
● Mejora de la postura corporal, alineación más correcta del cuerpo, lo que reduce molestias de cuello, espalda y hombros.

¿Cuándo elongar?

Si bien podemos elongar en cualquier momento del día, sí o sí es necesario hacerlo después de realizar un deporte o ejercicio. Cuando realizamos actividad física, nuestros músculos trabajan, se contraen, se fatigan, acumulan tensión y se acortan ligeramente. La elongación posterior ayuda a “descomprimir” esa tensión y contribuye al retorno a un estado
más relajado. De hecho, no estirarse después de hacer ejercicio puede aumentar la sensación de cansancio, las contracturas o las tensiones residuales.

Además, si pasás muchas horas al día sobre un asiento, ya sea manejando o en un escritorio, tenés que saber que esa postura prolongada tiende a provocar acortamiento de ciertos músculos (como los flexores de la cadera), rigidez en la zona lumbar, tensión en el cuello y hombros, y disminución de la movilidad general. La elongación aparece entonces como herramienta preventiva y correctiva. Por eso, no es solo elongar cuando hacés deporte, sino que es muy útil para personas con trabajos sedentarios o de movilidad limitada.

Algunos ejercicios de elongación

Estiramiento de isquiotibiales: De pie, apoyamos un pie delante, con la pierna estirada y el talón en el suelo. Nos inclinamos hacia adelante desde las caderas manteniendo la espalda recta hasta sentir el estiramiento en la parte posterior del muslo.

Flexores de la cadera / estocadas: Damos un paso adelante en posición de estocada (una rodilla apoyada en el suelo detrás), mantenemos la cadera hacia delante y sentimos el estiramiento en la pierna de atrás (zona de cadera-flexor).

Estiramiento de cuello y trapecios: Sentados o de pie, llevamos la oreja hacia el hombro (sin levantar el hombro) y mantenemos, luego al otro lado. Después, llevamos el mentón hacia el pecho para estirar la parte posterior del cuello.

Estiramiento de pectorales y hombros: De pie junto a un marco de puerta, apoyamos el antebrazo en el marco con el codo a la altura del hombro y damos un paso hacia adelante, abriendo el pecho hasta notar el estiramiento en el pectoral y hombro.

Estiramiento lumbar / glúteo: Acostados boca arriba, cruzamos una pierna sobre la otra, llevamos la rodilla al pecho y la sostenemos con las manos hasta sentir el estiramiento en glúteo y zona lumbar.

    Hacer estos ejercicios no lleva más de 10 minutos y pueden aportar a tu bienestar.

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