Un estudio reciente alerta sobre los efectos de una de las combinaciones más populares en la noche porteña.
La mezcla de cafeína con alcohol es una receta segura para las lesiones. En un meta-estudio realizado en Canadá se demostró que aquellas personas que habían bebido alcohol con bebidas energizantes tenían mayores probabilidades de sufrir lesiones que aquellas que sólo habían bebido alcohol.
No sólo se observó un mayor riesgo de caídas o accidentes, sino también un sensible aumento de la violencia y las conductas suicidas. La cafeína, que es un poderoso estimulante, enmascara los efectos sedantes del alcohol, pero no sus efectos químicos en el organismo y el cerebro. En consecuencia, las personas beben más y lo notan menos, subestimando el grado de intoxicación.
Aunque en nuestro país hay pocos estudios acerca de este problema, el Hospital de Niños de La Plata ha advertido que esta combinación está presente en más del 20% de las intoxicaciones alcohólicas graves de pacientes menores de 25 años.
El consumo de bebidas energizantes se encuentra altamente difundido entre los más jóvenes. Aunque su contenido de cafeína ha sido limitado por la Anmat y su venta está prohibida para menores de 18 años, en la práctica su comercialización se encuentra bastante desregulada. Aunque muchos adultos las beban sin alcohol, para aumentar la concentración en el estudio o para manejar grandes distancias, el consumo de más de dos latas aumenta el riesgo de taquicardia, hipertensión, hiperactividad, arritmias, fallas cardiopulmonares y hasta muerte súbita.
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