Todos sabemos que
tenemos que hacer ejercicio; todos oímos hablar de la importancia de la
gimnasia, elongar y moverse en el lugar de trabajo, pero no lo hacemos. Te
recomendamos 8 ejercicios para hacer en tu lugar de trabajo, sin que nadie se
dé cuenta.
Sea por pereza, falta de imaginación o vergüenza, la sensación de malestar y
las contracturas se multiplican por el sedentarismo en la oficina. No sólo se
trata del aumento de riesgo cardiovascular por estar todo el día quietos,
pegados a la silla, sino también un malestar general derivado de las malas
condiciones ergonómicas, de las tensiones acumuladas; incluso del aburrimiento
de estar todo el tiempo haciendo lo mismo.
En el día a día del trabajo es posible realizar pequeños ejercicios aeróbicos,
de fuerza y de elongación que ayudarán a reducir los riesgos para tu salud y,
sobre todo, te ayudarán a sentirte mejor, tanto física como psicológicamente.
Para el corazón
1. Usá las escaleras. A veces no dan ganas; estamos cansados, tenemos calor…
Sin embargo, el reemplazo cotidiano del ascensor por las escaleras no solamente
te ayudará a mejorar tu capacidad aeróbica, sino que ayuda
a disminuir el colesterol y prevenir enfermedades cardiovasculares.
2. Caminá. Así de fácil. ¿Tenés que hablar con alguien del piso de arriba?
Evitá el mail o el teléfono; andá caminando. ¿Tenés que pensar un informe? Una
caminata rápida libera endorfinas y te ayuda a reflexionar con más claridad. Si
te animás, sesiones de trote en el lugar, aunque sea de pocos minutos,
mantendrán tu corazón ejercitado y el sedentarismo a raya.
Para las piernas
3. Sentate contra la pared. Con la espalda apoyada, deslizate hacia abajo hasta
lograr un ángulo de 90 grados. Mantené esta posición entre 30 y 60 segundos (¡o
tratá de batir el record
de 12 horas!) para tonificar los músculos de las piernas.
4. Aprovechá para estar de pie. Si la mayor parte del día la pasás sentado,
aprovechá para mantenerte de pie la mayor cantidad de tiempo posible. ¿Estás
esperando una impresión de 200 páginas? No te quedes sentado. Si te animás,
apoyá las manos en una mesa, separá las piernas a la altura de los hombros y
levantate en puntas de pie. Tres series de 15 (o hasta terminar la impresión)
deberían alcanzar.
Para los brazos y hombros
5. Hacer tríceps puede ser muy sencillo: sentado en el borde de la mesa, con
los pies a medio metro del borde, apoyá las manos a los costados del cuerpo y
levantate sólo con los brazos. Luego, bajá el cuerpo, sostenido por tus brazos,
hasta que éstos alcancen un ángulo de 90 grados. Repetí el ejercicio en series
de 8 a 10 repeticiones.
6. Levantá los brazos al frente, en un ángulo de 90 grados con el cuerpo, y
comenzá a abrir y cerrar las manos. Hacé 20 repeticiones y luego bajá los
brazos por 5 segundos. ¿Fácil? Si querés fortalecer tus brazos y hombros,
comenzá otra vez, hasta completar 3 (o más) series.
Para la espalda y el cuello
7. El movimiento “no me importa”: levantá los hombros lo más alto que puedas,
sostené por 5 segundos y relajá. Repetí este ejercicio 15 veces. ¿Te sentís
imparable? Agregá peso: una resma en cada mano debería alcanzar. Al terminar,
un movimiento circular lento de los hombros te ayudará a relajarte.
8. Relajá el cuello y los hombros de las tensiones: primero, rotá lentamente la
cabeza de forma circular, llevando el mentón al pecho, luego la oreja izquierda
al hombro, luego la cabeza hacia atrás y finalmente la oreja derecha al hombro.
Ahora para el otro lado. No fuerces ningún movimiento, para evitar lesiones.
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