Un cansancio imposible de describir. No es simple pereza;
no es una semana o un mes de dormir mal. Es como una gripe que nunca se cura.
El síndrome de fatiga crónica es considerado
una enfermedad neurológica grave por la Organización Mundial de la Salud, de aparición reciente y sin tratamiento conocido.
Sus principales síntomas son una fatiga severa e ininterrumpida, fiebre leve y
constante, un sueño no reparador, intolerancia a la luz y/o al sonido,
hipersensibilidad, dolor muscular y en las articulaciones. Con el tiempo,
provoca una pérdida sustancial de concentración y memoria, y desorientación.
Tampoco se conoce nada acerca de sus causas. Por
el contrario, hipótesis de lo más diversas se han ido abandonando con el
tiempo: se asoció al síndrome de fatiga crónica con la vacuna para la hepatitis
B, con el uso de pesticidas, diversos tipos de hongos y de virus, aunque en
ningún caso hubo evidencia conclusiva que justificara la enfermedad. También se
lo ha vinculado con el estrés sostenido en el tiempo, con la violencia laboral
y los desórdenes alimentarios. El síndrome tiene un impacto mucho mayor entre
las mujeres que entre los varones, en una proporción de nueve a uno.
En una situación de semejante desconocimiento
médico se encuentra la fibromialgia, un síndrome que también se
considera neurológico y que se caracteriza por producir dolores generalizados
en los tejidos blandos del cuerpo. De allí su nombre: “dolor en los tejidos
fibrosos y los músculos”. Este dolor constante produce también fatiga, insomnio
y depresión, y se caracteriza por una sensibilidad extrema en ciertos puntos
del cuerpo. A diferencia de la fatiga crónica, los dolores se experimentan por
períodos de duración e intensidad variable, después de los cuales desaparece y
el paciente puede reponerse.
También en este caso se han aventurado
explicaciones diversas, ninguna de las cuales ha sido concluyente: mientras que
al principio fue considerada, al igual que la fatiga crónica, como un trastorno
de somatización (es decir, como manifestación física de un malestar psíquico o
psicológico), en años recientes se ha desplazado la búsqueda de sus causas a
diversas afecciones del sistema nervioso central. También en este caso se trata
de una enfermedad que afecta mucho más a las mujeres que a los varones, en una
proporción de diez a uno.
En ambos casos se trata de enfermedades en
las que el diagnóstico es tardío,
puesto que suelen ser tratadas por quienes las sufren como meros inconvenientes
o consecuencias de los nervios o el estrés. Aunque no hay un tratamiento
específico que cure ambas enfermedades, el tratamiento médico está dirigido a
aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del enfermo, desarrollando
programas terapéuticos adaptados a las necesidades de cada caso individual.
Por sus semejanzas, ambas enfermedades son
recordadas mundialmente el día 12 de mayo, en memoria del nacimiento de Florence Nightingale (1820-1910),
pionera de la enfermería moderna y probablemente afectada por la fibromialgia
durante buena parte de su vida. En este día, asociaciones civiles, ONGs y
organismos estatales y privados difunden información y realizan actividades
para informar sobre estas afecciones y crear conciencia al respecto en la
población.
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