Condiciones y riesgos del trabajo: nuevas miradas sobre un viejo problema

Las condiciones en que trabajamos no sólo afectan a los trabajadores, sino también a la organización en su conjunto. Revisamos en este artículo las nuevas perspectivas sobre un tema siempre vigente.

“Ganarás el pan con el sudor de tu frente”. La sentencia bíblica nos dice que nada es fácil en la vida, que necesitamos esforzarnos para ganar nuestro sustento. Eso no significa que debamos sufrir o arriesgarnos para hacerlo; cada vez existe una mayor conciencia, en el mundo, de la necesidad de garantizar condiciones saludables en el espacio laboral.

Las condiciones y medioambiente de trabajo (CyMAT) pueden definirse como el conjunto de aspectos físicos, sociales y mentales que afectan el desarrollo de la tarea de los trabajadores. Una perspectiva más tradicional consideraba que estos aspectos podían reducirse a dos tipos: a) las condiciones ambientales generales, incluyendo aquí la exposición a gases o agentes químicos, la iluminación, el ruido, la ventilación, la humedad y temperatura ambiente, etc.; y b) la carga física del trabajo, incluyendo aquí la duración de la jornada, el esfuerzo, la posición corporal, el trabajo en horario nocturno, etc.

Más recientemente, se ha agregado a esta mirada más “objetiva” sobre las condiciones de trabajo un factor subjetivo más amplio: además de los riesgos físicos y biológicos, las distintas actividades incluyen riesgos psico-sociales. Aspectos como el stress, el burnout (literalmente, estar “quemado”), trastornos afectivos, dificultad para establecer vínculos con otros, etc. se derivan en muchos casos de las condiciones en que trabajamos y generan, entonces, este tipo de riesgos.

Condiciones de trabajo y salud: de la posición a la persona

La reflexión actual sobre las condiciones de trabajo exige cuestionarnos cómo consideramos a nuestros trabajadores. La mirada más tradicional considera que la fuerza de trabajo es una masa indistinta de individuos que pueden ser cambiados por otros sin que eso afecte el funcionamiento de la organización. Una mirada más contemporánea, sin embargo, sabe que los miembros de una organización se forman en su lugar de trabajo y que, en consecuencia, no es equivalente a cualquier otro trabajador. Las relaciones de las personas entre sí, la historia y los logros compartidos forman parte de esa misma cultura organizacional y su buen funcionamiento. Para el fundador del Virgin Group, Richard Branson, no es el cliente sino el trabajador la prioridad de la compañía: “si el trabajador está feliz con su trabajo, se ocupará de hacer felices a los clientes. Por el contrario, un solo trabajador infeliz puede arruinar la imagen de la compañía para muchísimos clientes”.

Esta perspectiva sobre el trabajo y sus riesgos valora la vida y el bienestar del trabajador; su objetivo no es curar o compensar económicamente los accidentes de trabajo, sino prevenirlos. Especialmente en tareas que exigen reflexión y compromiso sostenido, el trabajo no se termina en el momento en que salimos de la fábrica o la oficina, sino que muchas veces nos acompaña durante el resto del día. Del mismo modo, las preocupaciones familiares o personales nos acompañan en la jornada laboral, aumentando de este modo los riesgos de accidentes, violencia verbal, etc.

Puesto en palabras simples: una nueva mirada sobre las condiciones de trabajo no se preocupa exclusivamente por los accidentes y enfermedades profesionales, sino por la salud y el bienestar del trabajador.

Condiciones, riesgos psicosociales y sus efectos sobre la organización

Aunque no todas las empresas se preocupan por las condiciones de trabajo y sus riesgos asociados, investigaciones realizadas en las últimas décadas muestran el impacto que tienen sobre la productividad y los costos. Entre muchos otros, pueden señalarse los siguientes:

– Los accidentes y las enfermedades producen costos directos: deterioro de maquinaria, interrupción del proceso de producción, aumento de primas de seguros, etc.

– También aumentan costos menos visibles, incidiendo en la tasa de ausentismo, el acortamiento de la jornada laboral, la dilatación en la toma de decisiones o en su comunicación, etc.

– Las condiciones insatisfactorias también inciden en la calidad de la fuerza de trabajo: aquellos más capacitados consiguen nuevos empleos, sacrificando muchas veces algo de salario por condiciones laborales más convenientes, mientras que quedan aquellos que no puede conseguir un empleo mejor.

– Aumenta la conflictividad y el mal clima interno, lo cual afecta la imagen de la compañía frente a sus clientes. Si sabemos que hay malestar en una empresa, conflictos o un trato deficiente con el cliente, buscaremos hacer negocios con otra.

21 de abril. Día de la higiene y la seguridad en el trabajo

Desde la sanción de la Ley Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo, en 1972, nuestro país recuerda cada 21 de abril la problemática de las CyMAT y los riesgos psicosociales asociados. Además de estar atentos a los cambios legislativos (como la reciente modificación de la Ley de Riesgos de Trabajo), es importante observar y conocer los aspectos objetivos y subjetivos del trabajo en la empresa para hacer de él una práctica satisfactoria y saludable.

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